Comienza un nuevo capítulo
La nueva forma de pensar las compensaciones en Argentina
09 julio 2025
De reaccionar a gestionar estratégicamente: la nueva forma de pensar las compensaciones en Argentina
Durante años, la gestión de compensaciones en economías como la argentina estuvo marcada por una prioridad: combatir los efectos de la inflación. Las decisiones salariales eran, en muchos casos, reactivas. El foco estaba puesto en preservar el poder adquisitivo, y las discusiones giraban alrededor la periodicidad y porcentaje de los aumentos generales. La carrera contra la inflación parecía interminable, repetida y por tanto desmotivadora.
Hoy, con una inflación que muestra signos de una mayor estabilización, el escenario cambia 180 grados. Y con él, cambia la lógica con la que las organizaciones deben abordar sus prácticas y políticas salariales.
Más allá del costo de vida: una nueva mirada sobre los salarios
La baja de la inflación no implica que las empresas puedan relajarse respecto a la gestión de sus estructuras salariales. Por el contrario, las organizaciones que quieran atraer, motivar y retener talento deben adoptar una mirada más estratégica y segmentada.
El rol de las encuestas salariales pasa de ser el de una herramienta para validar aumentos generalizados a una brújula para navegar un mercado laboral diverso y competitivo.
Las encuestas salariales dejan de ser un «termómetro de emergencia» y se convierten en un insumo clave para la toma de decisiones inteligentes, orientadas no solo a compensar, sino a inspirar, motivar y construir cultura.
Gerente Sr de Desarrollo de clientes Argentina, Uruguay y Paraguay
A continuación, detallamos algunos de los principales aspectos que toman protagonismo en este nuevo escenario:
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Oferta y demanda de talento
A medida que se estabilizan los precios en la economía, emergen con más claridad las diferencias salariales impulsadas por la escasez o abundancia de ciertos perfiles. Por ejemplo, áreas como tecnología, inteligencia de datos, o ciertos oficios especializados, siguen mostrando una importante presión salarial, mientras que otros sectores se mantienen más estables.
Conocer estas dinámicas permite tomar decisiones ajustadas a la realidad de cada puesto, evitando tanto la fuga de talento como el sobrepago innecesario.
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Comparación entre industrias
Si bien siempre existieron diferencias entre industrias, la normalización económica las resalta. Sectores como energía, tecnología o servicios financieros suelen mostrar mayor capacidad de pago, beneficios más robustos y, en el caso de tecnología, esquemas de trabajo más flexibles. Otros sectores, más afectados por regulaciones o de márgenes bajos, muestran estructuras más conservadoras.
Las encuestas permiten ubicar a la organización en el mapa competitivo, entendiendo con qué industrias se compite por talento y cuál es la “zona de confort” salarial de cada una.
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Mérito y diferenciación interna
Una también controlada da lugar a una gestión de compensaciones más fina y vuelve a aparecer la meritocrática de los salarios. En lugar de aplicar aumentos planos, las empresas pueden (y deben) diferenciar por desempeño, seniority o potencial. La equidad interna se vuelve central, así como la transparencia y la consistencia en las decisiones.
Contar con datos de mercado ayuda a definir bandas salariales, administrar desvíos y sostener políticas claras ante el equipo.
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Perfiles digitales y tecnológicos: una curva salarial distinta
Uno de los grandes desafíos actuales es el manejo de los perfiles digitales y de tecnología, cuya lógica salarial se ha desacoplado de la media del mercado. Incluso en contextos de inflación controlada, estos perfiles pueden seguir mostrando una dinámica de incremento diferenciado, impulsada por la competencia global, el trabajo remoto y la escasez local de talento calificado.
Las empresas que no monitorean de forma activa el valor de mercado de estos puestos corren el riesgo de quedar fuera de juego. En muchos casos, las bandas salariales tradicionales no alcanzan para cubrir estas posiciones, y requieren modelos diferenciados de compensación, con bonos por permanencia, otorgamiento de acciones o beneficios no monetarios. Las encuestas permiten capturar estas prácticas emergentes y dar sustento a decisiones que, de otro modo, podrían parecer excepcionales.
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Ejecutivos: la importancia de mirar hacia arriba
En épocas de inflación alta, el foco suele estar puesto en los salarios más bajos o medios, que sufren el impacto más inmediato. Sin embargo, en una economía más estable, la revisión de la compensación ejecutiva cobra nuevo protagonismo.
La competencia por líderes capaces de navegar entornos complejos es alta. Los ejecutivos comparan no sólo salario base, sino también esquemas de bonos, incentivos de largo plazo, condiciones de retiro.
Las encuestas salariales especializadas permiten entender qué se está ofreciendo en el mercado para cargos directivos, cómo se estructura esa compensación, y cuáles son los mecanismos que las empresas están usando para alinear intereses, generar compromiso y asegurar continuidad.
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Habilidades: la nueva moneda del talento
En un contexto donde los títulos, los años de experiencia o la jerarquía ya no alcanzan por sí solos para explicar el aporte de valor de una persona en una organización, las habilidades (skills) empiezan a ocupar el centro de la escena.
Tanto en perfiles técnicos como en funciones más generales, la capacidad real de resolver problemas, liderar equipos, adaptarse al cambio o aprender rápido, se vuelve un diferencial clave. En consecuencia, las decisiones de compensación deben empezar a reflejar esta nueva lógica: ya no se trata solo de pagar por el rol o el puesto, sino por el conjunto de habilidades que una persona aporta al negocio.
Esta evolución demanda una mayor sofisticación en las prácticas de compensaciones. Ya no alcanza con definir bandas por nivel organizacional: ahora se requiere reconocer y valorar la singularidad de cada perfil, algo que solo es posible si se tiene visibilidad del mercado y claridad interna sobre qué capacidades son estratégicas para el futuro.
Las encuestas salariales más avanzadas ya comienzan a captar estas diferencias. Y las empresas que logren conectar la gestión de compensaciones con la gestión de habilidades estarán un paso adelante: podrán pagar con sentido estratégico, promover con equidad y premiar por el impacto de las habilidades al crecimiento de los negocios.
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El regreso de las conversaciones sobre el talento
El contexto inflacionario dejaba poco margen para explicar y discutir internamente sobre las decisiones salariales. Hoy, con mayor estabilidad, las expectativas del talento también cambian: se valora la progresión salarial individual, los beneficios diferenciales, la posibilidad de crecimiento y el reconocimiento.
Esto exige que RR.HH. evolucione desde una lógica “administrativa” hacia un rol más estratégico y comunicacional.
La inflación desenfrenada obligaba a reaccionar. La mayor estabilidad actual permite diseñar. Es el momento de construir estructuras salariales alineadas con la estrategia del negocio, con foco en la atracción, desarrollo y retención del talento.
Las encuestas salariales dejan de ser un “termómetro de emergencia” y se convierten en un insumo clave para la toma de decisiones inteligentes, orientadas no solo a compensar, sino a inspirar, motivar y construir cultura.